Consejos para ahorrar en la factura del gas
El gas está disparado. Los últimos movimientos en el equilibrio sociopolítico mundial han derivado en un aumento de los precios que, en último término, han terminado provocando un aumento del gasto económico en calefacción. Sabemos que es complicado, pero desde Arques Construc queremos dar unos cuántos consejos para ahorrar en la factura del gas todos los meses.
¿Como ahorrar en la factura del gas?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que no hay trucos mágicos para pagar menos. La situación es la que es, pero sí que podemos hacer ciertos cambios en nuestra rutina diaria para lograrlo. Os adelantamos que los cambios en las rutinas y los aislamientos térmicos serán los protagonistas de nuestros consejos.
Duchas rápidas y secado en el interior
El baño puede provocar un consumo excesivo de agua y gas. Para evitarlo, lo más recomendable es sustituir el baño por una ducha rápida y mantener el grifo cerrado mientras nos estemos enjabonando.
Por otro lado, para no encender la calefacción en el baño, un buen consejo es secarnos dentro de la ducha aprovechando el calor residual que se mantiene dentro de esta. Asimismo, hemos de mantener la puerta cerrada del baño desde que entramos para que la temperatura de la zona aumente gracias al agua caliente.
Puertas y ventanas
Con un buen aislamiento en puertas y ventanas, podemos reducir el uso de la calefacción y, en consecuencia, ahorrar en la factura del gas a final de mes. En este sentido, es importante revisarlas una por una y, si detectamos filtraciones de aire, contactar con profesionales para que nos las sellen de la forma correcta.
Gracias a este simple gesto, ya estaremos ahorrando más de lo que pensamos. Por otro lado, también es importante que todas las ventanas están bien cerradas cada día.
Aislamientos térmicos
Una de las formas más efectivas de reducir la entrada de frío en casa es instalando un aislamiento térmico con celulosa insuflada. De esta manera podemos reducir la perdida de temperatura hasta en un 40%, lo que evitará que tengamos que poner la calefacción con tanta frecuencia. Por cierto, es importante no olvidarse de aislar los techos siempre que sea necesario.
Termostato solo cuando sea necesario
Es básico que solo utilicemos el termostato cuando realmente lo necesitemos. Hoy en día, la mayoría de modelos se pueden programar para que se conecten y desconecten a unas horas determinadas. Al mismo tiempo, debemos evitar su encendido en todas las habitaciones si no hay nadie en ellas.
Tampoco hay que caer en el error de encenderla solo un par de horas, puesto que el gasto energético que supone alcanzar una temperatura agradable es donde se encuentra la mayor parte del importe de la factura. Una vez que la calefacción alcanza la temperatura adecuada, el termostato se encarga de regular la calefacción y el consumo energético es mucho menor. De esta forma, es mejor mantener la calefacción encendida desde que volvemos a casa del trabajo hasta la hora de dormir antes que tenerla encendida solo un par de horas por la tarde.
En los casos en los que haya una bajada brusca de la temperatura por un temporal de nieve o similar, el termostato se encargará de la regulación automáticamente.
Uso controlado de la calefacción
Muchas veces encendemos la calefacción y la dejamos puesta incluso cuando no la necesitamos. En este caso, podemos usarla para calentar la casa y luego aprovechar el calor residual. Otra opción es sustituirla por un pequeño calefactor eléctrico cuando no haga demasiado frío.
El sol como un buen aliado
En España gozamos de muchas horas de sol a diario, algo que podemos aprovechar para calentar la casa. Por eso, en las horas de máximo sol hemos de abrir las cortinas y subir persianas y toldos. Ese calor se acumulará en nuestro hogar el resto del día.
Por otro lado, aunque es importante ventilar el hogar cada día, con hacerlo durante unos minutos a primera hora de la mañana es suficiente. El exceso de ventilación mantendrá la casa siempre fría, por lo que el gasto en calefacción aumentará.
Algunos trucos para ahorrar gas
Para mantener la casa caldeada en las épocas de frío, podemos poner alfombras y cortinas gruesas en las zonas más frías de la casa y quitar las plantas del interior, ya que proporcionan mucho frescor. También podemos usar la olla exprés y un calentador de agua eléctrico, dos utensilios que nos ayudarán a ahorrar gas. Además, pintar las paredes de colores cálidos incrementa la sensación de calor y bienestar.
Conocer las diferentes tarifas
Existen diferentes tarifas en función del gasto energético de cada usuario. Es fundamental que las conozcamos para comparar los precios y las ofertas y, de este modo, no gastar más gas del que realmente necesitamos. Por otro lado, resulta muy recomendable que lo hagamos con cierta frecuencia para evitar sorpresas inesperadas.
Entrar en calor de manera natural
Los días que el frío no es excesivo, podemos entrar en calor sin encender la calefacción. No necesitaremos más que buenas prendas de abrigo para la casa y alguna bebida caliente. También es aconsejable tener una manta de sofá siempre cerca.
No abusar del agua caliente
Muchas veces empleamos el agua caliente sin darnos cuenta, y eso se nota en la factura a final de mes. Lo mejor es evitar esta práctica manteniendo los grifos en la posición de agua fría. Además, en verano nos podemos duchar con agua fría siempre que nos resulte agradable. Esta acción nos ayudará a ahorrar un buen pellizco.