Ahorro energético conseguido con celulosa insuflada o proyectada
Como comentábamos recientemente en Arques Construc, el ahorro energético es algo que nos preocupa cada vez más. Hemos explicado varias veces cómo la celulosa insuflada o proyectada permite gastar mucho menos en los aparatos electrónicos que tenemos en casa para generar calor. Independientemente del tipo de sistema usado, podremos comprobar cómo nuestras facturas comienzan a llegar con un importe mucho más bajo.
Sin embargo, creemos necesario dar números exactos para que una familia media pueda hacerse una idea de cuánto puede ahorrar contratando los servicios de una empresa de aislamientos térmicos en Tarragona o Castellón.
Números claros sobre el ahorro energético
Antes de decidirnos a aislar el hogar con celulosa, tenemos que tener claro que nos compensa. Para ello, muchas veces lo mejor es mirar el bolsillo. A continuación, vamos a poder observar de manera clara cuánto dinero vamos a ahorrarnos al cabo de un año. Además, también tenemos que pensar en el ecosistema, puesto que generaremos sin esfuerzos un menor impacto ambiental.
Ahorrar en aire acondicionado
Las condiciones térmicas se mantienen muy bien y es muy fácil mantener 21º C en una vivienda aislada con celulosa. No necesitamos tener la casa por debajo de esta temperatura, por lo que apenas necesitaremos encender los sistemas de frío. En total, conseguiremos ahorrar un 40 % mínimo del gasto habitual del aire frío en el hogar durante los meses de verano.
Reducir el uso de radiadores con calefacción individual
Con un buen aislamiento térmico, las temperaturas se moderan mucho y, a no ser que en la calle haya menos de 0 º C, no suele ser necesario poner la calefacción. Por esta razón, el uso de la misma se une al uso del aire frío, bajando un mínimo de 40 % la calefacción que usamos a lo largo del año. En términos económicos, esto supone unos 800 € al año de ahorro en calefacción.
Con esos 800 € podemos renovar la televisión, cambiar un electrodoméstico estropeado e incluso irnos de vacaciones.
Ahorrar en radiadores eléctricos
Al igual que sucede con la calefacción individual, no son necesarios. Por lo tanto, podemos conservar uno de urgencia, pero no necesitaremos tener demasiados en casa. Tenemos que tener en cuenta, además, que cada grado que subamos supondrá un gasto extra de 7 % para alcanzar esa temperatura. Por lo tanto, nunca debemos intentar calentar la casa a más de 21 º C.
Ahorro con calefacción central
Normalmente, existe solo en edificios antiguos, pero no es necesaria con estos sistemas de aislamiento con celulosa insuflada. Las calefacciones en los hogares se limitarán a un uso esporádico, de apenas unos días contados al año. Sin embargo, si se dispone de la instalación completa de la calefacción central, conviene mantenerla y desactivarla para que no se encienda cuando llega el frío. Seguro que no lo necesitaremos más que un par de días a lo largo del invierno.
Reducir el uso de estufas
Teniendo otros sistemas de calor, no es necesario contar con estufas, excepto en puntos concretos. Si trabajamos sentados o vemos mucho tiempo la tele, es posible que las necesitemos para suplir esa mala circulación periférica. Si no, no van a ser necesarias. Cuando lo sean, la estufa puede estar al mínimo y el calor nos llegará, porque la casa en general se va a mantener caliente. Por lo tanto, lo que consuma el aparato va a ser lo mínimo que permita su modelo y marca.
Las ventajas del ahorro energético
Es importante que tengamos en cuenta todas estas ventajas económicas y de ahorro de energía que hemos comentado. Consumiendo menos, tampoco tendremos que estar pendientes de apagar los sistemas fríos o calientes. En definitiva, ganamos todos y conseguimos un mejor bienestar. Sin esfuerzos, podremos mantener nuestra casa caliente todo el año. Para ahorrar al final de cada período de facturación, conviene invertir ahora en celulosas térmicas.
Ahora que ya sabemos cómo podemos contribuir a nuestro ahorro energético, no debemos impedirlo. Apostar por celulosas insufladas o proyectadas en nuestros hogares nos puede ayudar a gastar menos de un 50 % a respecto de antes de contar con un buen aislante térmico. Además, recibiremos mucha menos humedad y eso repercutirá positivamente en nuestra salud y bienestar.