¿Es importante el aislamiento térmico para ventanas?
Las ventanas no solo son clave para garantizar la iluminación de la vivienda, ventilar la casa o aportar unas vistas bonitas, sino que son esenciales para regular y controlar la temperatura en el interior de la vivienda, es decir, influyen en el aislamiento de la vivienda. Por ello, una de las obras frecuentes cuando se está reformando una casa es cambiar y actualizar las ventanas por medio de mejores materiales para optimizar el aislamiento térmico para ventanas.
¿Por qué es importante mejorar el estado de los ventanales más allá de su perspectiva estética? Porque es un cambio que aporta valor a la casa. ¿Y qué factores hay que considerar?
Un buen acristalamiento es clave
Los diseños con doble o triple acristalamiento aíslan con más eficacia y crean una barrera con el exterior. En definitiva, su estructura produce un mayor aislamiento que aquellos diseños de acristalamiento simple (puesto que el cristal es más fino o tiene menos capas). Los modelos actuales destacan por su alto nivel de innovación y eficacia gracias, entre otros factores, a la rotura de los puentes térmicos.
También hay que tener en cuenta que el marco está integrado en la estructura y que está elaborado en un material que no traslada el calor o el frío al interior de la vivienda. Además, es fundamental que el cierre sea perfecto para evitar que entre aire del exterior.
Las ventanas desempeñan un papel esencial en el aislamiento térmico de una vivienda. Pero ¿de qué elementos depende su capacidad aislante? En las siguientes líneas se examinan los factores que determinan la eficiencia energética de una ventana, desde su instalación hasta los materiales de fabricación.
¿Qué factores inciden en la capacidad de aislamiento de las ventanas?
Las ventanas son unas aberturas en una fachada y, por consiguiente, unos puntos vulnerables y expuestos a filtraciones térmicas no deseadas. Para evitarlas y garantizar un buen aislamiento, es necesario prestar atención a varios aspectos.
En primer lugar, conviene tener presente que las pérdidas de calor no solo dependen de la calidad de la ventana, sino también del estado de la pared en la que está instalada. Si no se ha montado de forma correcta y hay grietas o poros alrededor del marco, pueden producirse fugas de aire que impedirán obtener un aislamiento adecuado. La manera más efectiva de reducir este problema es asegurarse de que la ventana esté sólidamente fijada en el muro y bien sellada.
En efecto, el sellado de las juntas resulta crucial para lograr una hermeticidad perfecta. La espuma de poliuretano no basta. Esta se utiliza para rellenar los huecos entre el muro y el marco de la ventana, pero debe complementarse con silicona, para las juntas externas; y burletes de goma, para las internas.
Aunque las juntas son un componente clave, lo que condiciona, sobre todo, la capacidad de aislamiento de una ventana son los materiales, la calidad y el diseño del marco y del vidrio. Antes de analizar su función, vale la pena hacer un inciso para hablar de un concepto importante: la transmitancia térmica.
¿Qué es la transmitancia térmica de una ventana?
La transmitancia térmica es el coeficiente que mide la transmisión de temperatura que se produce entre ambos lados de una ventana. Se representa mediante el símbolo U. Cuanto menor sea este coeficiente, mayor resultará la eficiencia térmica de la ventana. Conocer el valor de transmitancia de un cristal o un marco permite, por lo tanto, calcular de manera precisa su grado de aislamiento.
Función del marco en el aislamiento térmico
El marco, además de ocupar un área importante de la superficie de la ventana, proporciona soporte estructural y un sellado hermético al vidrio. El PVC y la madera, debido a su reducida conductividad, son los materiales que presentan coeficientes de transmitancia térmica más bajos. Por el contrario, los marcos metálicos son los menos recomendables si lo que se busca es un óptimo aislamiento. No obstante, muchos de ellos mejoran su eficiencia gracias a los dobles cristales y un elemento cada vez más presente en la ventana: la rotura de puente térmico.
¿Qué es la rotura de puente térmico?
La rotura de puente térmico es un sistema utilizado para interrumpir la transmisión de temperatura que se produce a través de marcos de aluminio u otros metales. Consiste en la inclusión de materiales aislantes, como fibras de poliamida, que impiden el paso del frío o del calor entre el lado exterior y el interior de la ventana.
Función aislante del vidrio
Debido a sus limitadas propiedades aislantes, los acristalamientos de una sola plancha son cada vez menos comunes. En la actualidad se opta por vidrios con una transmitancia térmica baja. Entre estos, destacan los vidrios con cámara o dobles. Estos están formados por dos láminas separadas por una cámara sellada que contiene gases nobles como el argón o el xenón.
También están ganando terreno los vidrios low-e o de baja emisividad. Estos incorporan un revestimiento transparente que minimiza las filtraciones térmicas.
En conclusión, una instalación correcta y la interacción equilibrada de vidrio, marco y junturas son fundamentales para lograr un óptimo aislamiento térmico en las ventanas.
Incrementa la protección entre el interior y el exterior
Sencillamente, porque dicho componente produce un efecto aislante. Hay que tener en cuenta una particularidad: una ventana ofrece dos perspectivas diferentes. Por una parte, la interior, aquella que conecta con el espacio integrado en el inmueble. Por otra parte, está perfectamente ubicada en la fachada del edificio. Y, en consecuencia, está en contacto con los cambios de temperatura propios de cada estación o con la lluvia. Es decir, cada lado presenta un contexto muy diferente. Y es importante proteger el interior por medio de un buen acristalamiento y un marco que ofrezcan un ajuste perfecto.
Pues bien, la rotura de puente térmico es un elemento muy relevante. Pero eso no quiere decir que necesariamente esté presente en todo tipo de soportes. Es una cuestión que depende en gran medida del acabado en el que está realizada la ventana (porque no todos los materiales que se utilizan actualmente son conductores desde el punto de vista térmico, al igual que ocurre con los cajones de persiana). Es una obra que no requiere de un proceso complejo de elaboración, pero sí precisa de una labor especializada.
Una instalación profesional es fundamental
Todas las partes de esta estructura son relevantes, puesto que la suma de los diferentes factores crea una barrera resistente entre el interior y el exterior. Es decir, los perfiles también son esenciales, ya que reúnen la funcionalidad y la estética de un buen diseño (que está en perfecta armonía con el estilo específico de la vivienda).
El nivel de aislamiento térmico de un edificio no depende, únicamente, de este cambio. Sin embargo, la fachada sí presenta un punto débil cuando el frío accede al interior a través de uno o varios ventanales. Aunque se trata de una obra sencilla, produce una transformación notable en el inmueble. Además, la innovación en el desarrollo de nuevas soluciones es continua como muestran los diseños con triple acristalamiento de los que hablábamos hace unas líneas.
Por tanto, las ventanas que ofrecen un buen aislamiento incrementan el confort en el hogar. Pero el aislamiento no solo depende del cristal, la persiana o el marco de la ventana. El tipo de cierre no debe pasar desapercibido para hacer la elección más adecuada en un entorno. El formato elegido puede depender, principalmente, de las propias características de una estancia. Por ejemplo, un sistema integrado por puertas correderas da una mayor amplitud a una habitación que es pequeña.
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